El Caso Nro.3: El Cuadro Maldito del Palacio Sans Souci.

Yo, Mikel Gismondi, descubrí un oscuro secreto detrás del majestuoso Palacio Sans Sousi residencia de verano en la ciudad de Tandil en el interior de la provincia de Buenos Aires, una mansión construida por José Santamarina para agasajar a su única esposa, Sara Wilkinson.

La tragedia comenzó cuando José, tuvo un romance con Elena, una criada aborigen tehuelche, fruto de ese amor tiene un hijo mestizo, Diógenes.

El niño aborigen mestizo de 12 años hijo oculto del aristocráta terrateniente muere en un accidente trágico durante la construcción del palacio.

Desde entonces, los espíritus vengativos de Diógenes y su madre Elena han atormentado a la familia Santamarina.

Después la inauguración del Palacio Sans Sousi ocurrieron terribles eventos paranormales supuestamente asociados con la muerte de Diógenes, que es la maldición que pesa en la familia Santamarina hasta la fecha.

Según pude descubrir hurgando sobre historia del romance amoroso oculto del segundo hijo de Ramón Santamarina, benefactor de la ciudad de Tandil en obras de caridad.

José Santamarina hijo de esté no murió de una supuesta gripe española en Europa, como dicen los historiadores, sino que fue preso de la maldición de Elena, su amante, y del fantasma de su hijo Diógenes, que lo torturaron hasta la muerte.

Su viuda, Sara Wilkinson, que es su única esposa, intento expiar las culpas de su difunto primer esposo José Santamarina para detener el tormento de la culpa por la muerte del muchachito mestizo y su madre aborigen con donaciones para la ciudad.

El palacio quedó maldito para siempre, y Don José Santamarina dos años despúes la muerte de su “Hijo Bastardo” como lo consideraban su familia aristocráta a Diógenes, para venerar la memoria del mismo, colocó en un lugar semi-secreto una pintura que retrata al el niño en su decimo cumpleaños.

Que encargo porque amaba a su hijo extramatrimonial, asi que en secreto dos años antes de muera Diógenes decide retratarlo como muestra de su amor a él y su madre Elena.

La pintura, de estilo hiperrealista y creada por un artista argentino poco conocido, quedó maldita por la resurrección fallida de Diógenes en el intento de revivir a a su hijo por parte de Elena en aquella tarde de primavera tormentosa, cuando Elena se ve en secreto para suplicarle a José que cumpla con la promesa de reconocer a Diógenes como un Santamarina.

Es por ello dice el mito que ella realizo un antiguo ritual de su pueblo para devolverle en un intento fallido la vida al niño llamado Ngünechén Ñuke Mapu Antülewün (La Súplica a la Madre Tierra y al Espíritu del Sol), pero no lo logra porque Elena esta enferma de una afección cárdica y el rituál requiere gran esfuerzo mental y fisíco.

Al estar exahusta no tiene fuerzas para un último esfuerzo de traer de la muerte a su hijo por la angustia y el dolor muere de un infarto en ese momento.

Los que estuvieron en ese momento dos constructores llamados Victorio y Marcell ambos inmigrantes por ordenes de Don jose sepultan los cuerpos de Diógenes y su madre en un lugar cercano al Jardín del Palacio a partir de este trágico evento que esta maldito y todo lo que estuviera en ese palacio también incluida la pintura que quedaria encantada.

La pintura maldita habria desaparecido durante la Dictadura Cívico Militar en Argentina en la década del 70.

Pero se dice en voz baja en el mundo del arte en Tandil como un rumor que la pintura fue devuelta por un comprador clandestino al Museo de Bellas Artes Tandilense en 1991 (MUMBAT), donde se exhibe ocasionalmente para los amantes del hiperrealismo que pagan clandestinamente para ver la obra que esta en una bóveda secreta del museo, al día de hoy.

Sin embargo pocos se animan a decir lo que suceden cuando ven el retrato de Diógenes.

Yo, Mikel Gismondi junto a mis colaboradores “Los Agentes Del Universo Onírico S.A ” sigo investigando este hecho y otras historias sobre el palacio Sans Sousi.

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